sábado, 12 de febrero de 2011

Lo que echamos de menos (Debate, 11/2)

Hace unos días, comentábamos en clase la pérdida que desde hace dos años está viviendo el texto periodístico impreso frente al digital y debatíamos si el primero desaparecería por culpa del segundo. Nuestra respuesta fue un no rotundo. Esta vez, centrándonos en las publicaciones digitales, hemos reconducido nuestro debate hacia otro extremo; hacia la profesión en sí.

Y es que con la distribución de contenidos en red se dio paso a una democratización literaria e informativa, ya que gracias a los nuevos paradigmas -como es el caso de la interactividad-, no sólo el periodista o el escritor tiene que ver con este proceso de creación, sino que son los usuarios los que cobran protagonismo. Es decir, cualquier persona con conocimientos básicos en informática puede ser capaz de escribir o publicar sus contenidos en la web, convirtiéndose por tanto en un tipo de competencia para los profesionales de la información.

Podríamos hablar de los Blogs o bitácoras, en los que internautas, en su mayoría anónimos, publican con total libertad sus artículos, opiniones o pensamientos. Esto es algo que se ha convertido en un verdadero obstáculo para los que viven de sus escritos. ¿Pero a qué temen?,¿acaso no se consideran demasiado buenos para marcar la diferencia entre profesional o bloguero aficionado?, ¿basta con escribir bien para ser periodista?
Pese a que en la actualidad nos encontramos con blogs verdaderamente buenos y que se han convertido en sustitutos de la prensa digital, hay algo que los hace ser diferente y es su grado de subjetividad, de interpretación. Y es que hay que dejar claro que detrás de cada "cuaderno de bitácora" se encuentra una persona o colectivo que dirige la información según sus intereses o sus convicciones.

La prensa, aunque a veces peca de los mismo, intenta hacer todo lo contrario. Los periodistas pierden su identidad detrás de sus noticias. Se convierten en simple comunicadores de actualidad, no en interpretadores. Es esto algo que tenemos que tener claro.

Pero si es cierto que hay en algo en lo que están fallando los informadores para que su profesión esté cayendo en picado: su falta de ambición. Ahora no sólo vivimos una crisis económica, sino también una crisis de valores, de actitudes. Porque ya no tiene el periodista ese afán de buscar y de encontrar; de destacar frente a los demás con sus hallazgos. Ahora lo quiere todo "en bandeja". Eso es lo que echamos de menos.

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