jueves, 24 de febrero de 2011

El poder de la hipertextualidad (24/2)


Con la puesta en escena de las nuevas tecnologías, y más concretamente de Internet, se abría paso a un sistema de almacenamiento de contenidos y conocimientos casi ilimitado al acceso de todos. ¿Pero cómo sería posible su búsqueda? Simplemente, a través del hipertexto.


El hipertexto es el nombre que recibe aquel texto leído en pantalla de un dispositivo electrónico que nos conduce a otros relacionados. Su forma más habitual son los hipervínculos o nodos que nos enlazan a diferentes documentos.

Pero para comprender qué es un hipertexto hay que entender primero el concepto de linealidad y no linealidad en lo que a organización de información se refiere.

La información lineal es aquella ausente de referencias al contexto de la información. En este caso la información se ha organizado y transmitido de forma secuencial.

No obstante, en la no lineal, no se hace referencia a una estructura jerárquica sino más bien relacional, de modo que la organización de información se establece en base a unas relaciones establecidas previamente, pudiendo ser además infinitas. Todo esto afectará, asimismo, a la búsqueda de la información y contenidos.

El hipertexto es, sin más, un modelo basado en la idea de que el pensamiento humano funciona mediante asociaciones, creando una red de nodos y enlaces que permiten al usuario desplazarse a través del sistema en forma multidimensional, a su libre albedrío.

Hace unos días, cuando comentábamos los puntos cardinales de los cibermedios y gracias a los cuales estaban cobrando importancia, hablábamos del hipertexto. Y es que si hay algo en lo que difiere (y mejora) la prensa digital respecto a la de papel es su posibilidad de enlazar simultáneamente contenidos con otros relacionados o de mismo interés, algo que sería imposible en los medios impresos. Sin embargo, lo de imposible es algo totalmente cuestionable hoy en día.

Hace unos años salía un reportaje en elpais.com donde se hablaba de los 'bidibooks', libros que mediante códigos de barras bidimensionales y el móvil conectan a contenidos multimedia 'online'. No obstante, se trató de algo que no tuvo éxito, ya que no podía competir de ninguna manera con la hipertextualidad en medios digitales. Porque está claro que aunque lo impreso no quiera terminar en el papel, queda totalmente desbancado frente a lo digital.

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