martes, 1 de febrero de 2011

¿La tecnología nos hace mejores? (27/01)

Otro de los debates que se ha generado en nuestra sociedad es el fenómeno que ha causado el uso de las nuevas tecnologías en diversos ámbitos. Uno de ellos referente a la democracia digital, en donde se pretende hacer una política más transparente y participativa a través de los nuevos canales de comunicación que están surgiendo. ¿Pero esto a quién beneficia? Está claro que al ciudadano no, pues pese al acceso que éste puede tener a tal política, ¿acaso se escucha su voz?


La democracia digital no es sino simplemente una nueva inventiva a favor de un interés político; mera campaña propagandística que llega a todos lados a través de la Red. Un ejemplo lo vemos con la política de Obama, quien consiguió más del 70% de sus votos gracias a la publicidad que se le dio a su campaña a través de Internet.

La tecnología en estos casos nunca es neutra, no está orientada al bien del usuario, sino que surge de unos intereses políticos. La democracia digital ha sido creada para saciar unas necesidades que favorecen a un poder.

Ahora bien, ¿es cierto que la tecnología nos hace mejores? La respuesta es muy relativa.
En primer lugar somos testigos de la "tiranía de la comunicación" que se está dando, pues vemos la comunicación como protagonista invasiva que nos introduce a la creencia de "ver es comprender", algo totalmente falso que implica que el ciudadano no interprete la realidad, ya que considera que es real tal y como se la muestran. Esto es algo que nos hace ser menos reflexivos y nos convierta en una masa mediática.
Por otro lado está el determinismo tecnológico, visión que nos hace creer que gracias a las nuevas tecnologías somos mejores, ya que poseemos más recursos y posibilidades para nuestro aprendizaje. Pero esto no es más que otra falsa creencia, pues no por tener más medios seremos más cultos o superiores. Posiblemente este determinismo haya condicionado algunos de los desarrollos sociales más importantes, como el modo de producción y el origen de las nuevas fuerzas productivas, pero igualmente esto no da lugar a una revolución digital a favor del usuario, como mencionábamos antes, sino a un sistema capitalista que sostiene.

Es cierto que la nueva red nos da la posibilidad de crear, de distribuir y de opinar "libremente", pero no por ello, hemos avanzado intelecualmente. Porque saber del medio no es lo mismo que comprender del medio.




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